Finaliza con éxito el proyecto de investigación llevado a cabo por el Hospital Beata María Ana e INDRA
La multinacional de consultoría y tecnología Indra ha finalizado el pilotaje del proyecto TRAM (Telerehabilitación Audiovisual Motora) en el que ha colaborado la Unidad de Daño Cerebral (UDC) del Hospital Beata María Ana. Con este trabajo, que ha contado con la participación de otros tres centros de referencia, Indra amplía las capacidades de su sistema Toyra (terapia objetiva y rehabilitación audiovisual), que combina la realidad virtual y la captación de movimiento en tiempo real para la rehabilitación motriz de miembros superiores: hombro, brazo, antebrazo y mano, y extiende el alcance al tratamiento de extremidades inferiores.
La finalización de la experiencia piloto constituye un nuevo impulso hacia la deslocalización de tratamiento, de tal forma que los pacientes puedan seguir con la telerrehabilitación desde el domicilio. TRAM supone una evolución en el tratamiento de lesiones e incorpora la integración con red social propia y aspectos psicológicos en la configuración de las terapias.
Para los profesionales de la UDC, testar este tipo de dispositivos novedosos en neurorrehabilitación siempre resulta enriquecedor. El terapeuta ocupacional Pedro A. Serrano y sus compañeras Paloma Fernández e Irene Gónzález declaran que sobre todo en su caso, ya que personalmente conocían el ‘previo’ del sistema y su aplicación clínica en lesión medular. “Participar en una validación de una posible herramienta de evaluación y tratamiento para nuestros usuarios con daño cerebral adquirido siempre supone pros y contras, que han sido reflejados en la memoria que facilitamos a Indra al término de la aplicación clínica de las pruebas para miembros inferiores; como por ejemplo problemas para la gestión del tiempo de preparación de sesión y del proyecto, que requiere muchas horas, fallos de detección de algunos movimientos del sistema, motivación por lo novedoso, libertad de movimiento sin exoesqueleto…“, explican.
Nuestros profesionales observan que algunos pacientes con un perfil motor menos severo y menos déficit cognitivo han mostrado mejoría en algunos parámetros (p. ej. agilidad, precisión, amplitud), mejor adherencia al tratamiento y mejor seguimiento de instrucciones, lo cual, quizás, se correlacione con el objetivo buscado y planteado, la telerrehabilitación y la posibilidad de que familiar y usuario, en fases menos agudas y más crónicas, puedan ser entrenados en su uso y beneficiarse de este tipo de dispositivos desde casa.
Terapia ‘en la nube’, personalizada y motivadora
El sistema se integra en una red social propia, creada por Divisa iT, el socio colaborador de Indra en el proyecto, para potenciar el trabajo colaborativo y proporcionar un canal de comunicación entre las personas involucradas en el proceso de rehabilitación, ya sean pacientes, familiares, médicos o terapeutas. Por otro lado, incorpora herramientas que facilitan que los profesionales puedan personalizar los tratamientos en función de la evaluación de desempeño del paciente. Toda la información se recopila en la base de datos del sistema y se procesa mediante algoritmos especializados.
TRAM se basa en la captura de movimiento, ya sea mediante el empleo del sistema Tech-MCS de Technaid o a través del dispositivo Kinect de Microsoft. Además, proporciona una plataforma electrónica de gestión de la historia terapéutica y de rehabilitación que permite el análisis de los resultados de la terapia de forma individualizada.
Así, mediante este sistema de realidad virtual, que favorece la implantación de terapias individualizadas, se trabaja en la rehabilitación de las personas con daño cerebral. La plataforma facilita la evaluación de progreso físico, así, por ejemplo, se pueden plantear estudios evolutivos que permiten contraponer los resultados de varias sesiones de terapia a lo largo del tiempo y conocer la evolución que ha tenido el paciente durante ese período.
El sistema combina los ejercicios planificados a un paciente con los resultados obtenidos en los test de sugestionabilidad, que proporcionan al terapeuta las pautas de actuación con el paciente. Como resultado de la ejecución de estos ejercicios adaptados a su sugestionabilidad se generan unos informes y estudios que permiten al clínico identificar fácilmente si el paciente ha experimentado avances o no y en función de ello, cambiar el tratamiento. Por otro lado, la herramienta adapta los ejercicios a sus circunstancias individualizadas, favoreciendo la adherencia al tratamiento rehabilitador.
Además, TRAM proporciona una plataforma electrónica de gestión de la historia terapéutica y de rehabilitación que permite el análisis de los resultados de la terapia de forma individualizada. Esa información ayuda a la realización de estudios y protocolos clínicos e incluso podría ser integrada en la historia clínica electrónica del paciente.
El estudio piloto
La iniciativa ha contado con la participación de más de 60 pacientes, unos 18 profesionales del sector sanitario y otros 30 expertos en tecnología. Indra ha liderado este proyecto con la financiación del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, dentro de las ayudas elaboradas en el ámbito europeo, en consonancia con la “Agenda Digital Europea”, aprobada por la Comisión Europea el 19 de mayo de 2010. TRAM se encuadra en el Área de “Salud y Bienestar Social”, en la línea temática de “Soluciones asistenciales y de emergencia relativos a la teleasistencia, telecontrol y telemonitorización como servicios para la Smart City”.
En la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata Maria Ana, mientras la “nube” siga activa, los profesionales pueden seguir utilizando el sistema con pacientes y usuarios, aunque la implementación clínica de este tipo de terapia supone un añadido de preparación, mayor que el de otros dispositivos robóticos de los que allí disponemos. Además, el número de usuarios que potencialmente puede beneficiarse de este tipo de rehabilitación es pequeño y el uso de este tipo de terapia interactiva en neurorrehabilitación está sujeta a múltiples interferencias de tipo cognitivo o conductual, como la falta de motivación inicial o la pérdida de la misma durante la sesión, al tener dificultades para el seguimiento de instrucciones complejas.