Las alteraciones psicopatológicas asociadas a la lesión en el hemisferio derecho son numerosas y complejas. El doctor José Ignacio Quemada habló de estos trastornos en la XVII reunión anual de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR).
El pasado jueves, día 21 de noviembre, dentro del programa de la XVII reunión anual de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR), hubo un espacio para abordar de manera monográfica las consecuencias de la lesión en el hemisferio derecho (HD). La mesa estuvo moderada por Marcos Ríos, coordinador de nuestra Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana y en ella intervino también el director de la Red Menni, José Ignacio Quemada, para hablar de las alteraciones psicopatológicas asociadas a estas lesiones.
Ideas extrañas acerca del propio cuerpo, trastornos de la identificación de personas y lugares, limitaciones en la conciencia de situación, cambios cognitivos y conductuales…
Pasó revista al abanico de conceptos acuñados para describir la reducción de la conciencia del lado hemipléjico (anosognosia) y las diferentes actitudes que toman las pacientes hacia los miembros pléjicos, desde la indiferencia (anosodiaforia) hasta la hostilidad (misoplejia), pasando por la creencia en brazos supernumerarios o por la vivencia de tener miembros que pertenecen a otras personas (somatoparafrenia). El doctor Quemada analizó estos y otros síndromes, exponiendo casos tratados por él y series de casos publicadas en la literatura.
Los cambios cognitivos y conductuales más comunes asociados a las lesiones hemisféricas derechas dieron pie a una reflexión sobre las funciones del hemisferio derecho y las limitaciones del hemisferio izquierdo:
El papel del hemisferio derecho en la percepción de la familiaridad es clave para comprender los trastornos de la identificación, tanto de lugares como de personas. Los trastornos por hipo o hiperfamiliaridad se producen en más de un 90% de los casos coincidiendo con lesiones del hemisferio derecho. En general, el hemisferio derecho se describe como el hemisferio de las emociones pero se reconoce menos que las emociones son centrales en la planificación del discurso, y que sin su concurso, el habla de los pacientes es desordenada y tangencial. También el juicio, el sentido común se resiente, al igual que las habilidades sociales que requieren de un adecuado reconocimiento del contexto y de un manejo de metáforas y dobles lenguajes.
Tras razonar acerca de las funciones cerebrales, el doctor Quemada se centró en la comunicación y negociación interhemisférica. “Podría decirse que son dos cerebros diferentes, con motivaciones, memorias y tareas distintas, que se comunican y tratan de negociar una respuesta. Cuando existe una lesión en el hemisferio derecho que interfiere en esta comunicación pueden aparecer discrepancias, acciones desinhibidas, hostiles o irreverentes iniciadas por el hemicuerpo izquierdo”, apuntó. Para finalizar el doctor trasladó algunas conclusiones:
– Sólo el hemisferio izquierdo (HI) puede construir un discurso, un relato.
– Los delirios son explicaciones tranquilizadoras que no han sido filtradas por un evaluador de creencias exigente.
– El HI pone palabras, explicaciones fragmentadas a experiencias extrañas, necesidades o emociones.
– El HI, por sí solo, no es capaz de rechazar explicaciones absurdas.
– El HI, por sí solo, carece de conciencia de situación social.
– El HI no garantiza la planificación del discurso.
– El aporte emocional de HD es mayor que el del HI.
– Las emociones están mucho más ligadas al FFEE, a la conducta social y al sentido común/juicio) de lo que admitimos.
– HI, sin HD, es un ‘parlanchín atolondrado’.
Características de las Unidades de rehabilitación del DCA
Por otro lado, también dentro de la XVII reunión anual de la SENR, el doctor Quemada, integrante del grupo de autores de la Guía de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación ‘Criterios de acreditación de centros sanitarios con Unidades para el tratamiento del daño cerebral’, presentó los requisitos que han de reunir las Unidades hospitalarias para el tratamiento del daño cerebral adquirido. Este primer sistema de acreditación nacional de Unidades de daño cerebral, avalado por FEDACE y la SENR, concreta: etiología, momento de ingreso, duración de los tratamientos, capacidad mínima del Servicio y espacios terapéuticos, experiencia mínima anual, entorno sanitario (especialidades médicas, guardias y enfermería 24 horas), composición de equipo y ratios, modelo de trabajo (reuniones, PAI, informes, objetivos funcionales), atención a familias y medición de resultados. La guía pronto estará disponible en la página web de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación.