Tratamiento combinado de las dificultades del aprendizaje en daño cerebral infantil - 19 desembre, 2023
Escrito por:
– Cristina Sánchez Rubio, logopeda. Unidad de Daño Cerebral Infantil de Hermanas Hospitalarias Valencia[distance1]
El DSM-V, utilizado por profesionales de la medicina e investigadores para diagnosticar y clasificar enfermedades mentales, contempla los trastornos del neurodesarrollo, entre ellos encontramos aquellos que hacen referencia a la lectoescritura o dificultades del aprendizaje (nomenclatura actual). Cuando se diagnostica a en este sentido a niños y niñas se les pone una “etiqueta”, pero… ¿se tiene en cuenta al hacer el diagnóstico la heterogeneidad que existe en este tipo de trastornos?
Además, no solo se observan estas dificultades en las alteraciones del neurodesarrollo, es importante conocer que los peques que han sufrido una lesión cerebral adquirida también son susceptibles de sufrir trastornos del aprendizaje y especialmente de la lectoescritura, ya sea en la adquisición o a posteriori en la consolidación de la misma.
Cuando trabajamos en una unidad específica, necesitamos saber de ese trastorno (esa “etiqueta”), pero además debemos conocer sobre la persona que atendemos, desde los recursos a su alcance a posibles comorbilidades de dicha patología o trastorno ya que todo esto nos va a condicionar cómo vamos a abordar sus dificultades y qué posibilidades tenemos de intervenir ya que serán diferentes para una persona con TEA, TDAH o DCA…
Sin embargo, hoy queremos compartir los signos comunes de alarma en la población general, cómo desde el área de logopedia iniciamos la valoración de estos peques y de qué manera nos coordinamos con otras figuras que son importantes para tener en cuenta todos los elementos fundamentales en nuestro abordaje de los trastornos de aprendizaje.
Signos de alerta
Se pueden detectar los siguientes signos:
- Parpadeo frecuente
- Picor y rascado de ojos
- Se acerca mucho al papel
- Se salta renglones de forma frecuente
- Presenta dolores de cabeza sin motivo aparente
- Frunce el ceño al leer
- Detecta visión doble
- Omisión o inversión de letras
Lo más habitual es que, si se detectan estos signos la familia recurra a una exploración oftalmológica porque piense que su hijo o hija ve mal. Lo primero a descartar efectivamente sería la necesidad de patología ocular. En muchas ocasiones nos quedamos en este punto… Pero ¿es todo lo que podemos hacer? ¿si necesita gafas o no? ¿no hay otras opciones para valorar por qué aparecen estas dificultades?
En este caso hay dos figuras fundamentales que deberían intervenir: optometrista y logopeda.
En nuestro caso, como hemos comentado tenemos la suerte de contar con el servicio de optometría que nos va a orientar en los trastornos en la percepción, en los movimientos oculares… y, por supuesto, con nuestras logopedas especializadas que llevarán a cabo el análisis del trastorno de la lectoescritura a partir del Modelo de la doble ruta (Dual Route Cascaded, DRC, por sus siglas en inglés). Este es el único modelo computacional que evalúa las dos tareas más comúnmente utilizadas para estudiar la lectura: decisión léxica y lectura en voz alta, y nos servirá de apoyo para estructurar nuestra intervención.
Regla de las tres Es
En conclusión, es importante que dirijamos la intervención hacia la llamada ‘Regla de las tres Es’, o sea, a los siguientes puntos:
- Tratamiento EFICAZ.
- EVICENCIADO científicamente
- De la mano de un EQUIPO multidisciplinar. Porque no se entiende un tratamiento integral y una buena rehabilitación, o habilitación, sin conectar de forma coordinada todas las partes: visual, trastorno, daño…
La coordinación en la intervención de profesionales de distintas disciplinas que comparten evidencia es parte fundamental para lograr un tratamiento efectivo.