Cuándo dar el alta a un paciente ingresado en una unidad de daño cerebral - 19 desembre, 2023
El alta de una unidad de hospitalización es un momento importante en el que todas las personas encargadas del cuidado y rehabilitación han de implicarse especialmente. Este artículo trata de establecer cuáles son las condiciones que han de cumplirse para poder afrontar con éxito la transición a la vida en el domicilio y a la rehabilitación en formato ambulatorio.
Autor
Dr. Juan Ignacio Marín Ojea, especialista en Medicina Física y Rehabilitación, Unidad de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni, Arrasate-Mondragón (Gipuzkoa)
Uno de los momentos claves en la evolución de un paciente con lesión cerebral es el alta de la unidad de hospitalización para poder continuar el proceso de rehabilitación en un formato ambulatorio.
Hasta entonces, el paciente ha permanecido ingresado en un medio hospitalario, inicialmente en una unidad de cuidados intensivos o en una unidad de ictus, posteriormente en un servicio hospitalario de neurología o neurocirugía para pasar a una unidad hospitalaria de daño cerebral.
Los responsables de los cuidados del paciente han sido los médicos y enfermeras de los diferentes servicios junto con el resto de personal terapéutico (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos etc.). Los familiares de los pacientes han tenido una labor fundamental de acompañamiento y no tanto de cuidados, que son proporcionados por los profesionales anteriormente mencionados.
Es normal que los familiares se encuentren inquietos al enfrentarse a este momento y se cuestionen la idoneidad del momento. En ese sentido es importante dedicar tiempo a explicar las razones del alta y facilitar un plan de entrenamiento para que puedan afrontar con garantía los cuidados que va a requerir su familiar.
El objetivo de este documento es tratar de establecer las condiciones necesarias para poder afrontar con éxito la transición a los cuidados en el domicilio y a la rehabilitación en formato ambulatorio.
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Estabilidad somática
La primera condición que se debe dar para poder dar de alta a un paciente es que se encuentre estable desde el punto de vista de salud o somático, es decir, llegar a un estado de salud en el que sea poco previsible que se produzcan complicaciones a corto plazo y que no se requieran cuidados o control diario por parte de médicos y enfermeras. Esto permite que el paciente pueda ser controlado en su domicilio por los equipos de atención primaria, que serán los encargados a partir del momento del alta de cuidar el estado de salud del paciente, prevenir y/o tratar las posibles complicaciones que puedan surgir.
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Nivel de dependencia y entrenamiento a los cuidadores
A lo largo del ingreso, en una unidad de rehabilitación se trabaja para que el paciente adquiera la máxima autonomía posible en las actividades básicas de la vida diaria (asearse, vestirse, alimentarse). En algunas ocasiones no es factible conseguir un elevado nivel de autonomía durante el ingreso, por lo que en el momento del alta es importante que los familiares o cuidadores de los pacientes estén entrenados para realizar los cuidados que requiera. En ese sentido, el hecho de realizar pautas de entrenamiento de cuidados con los equipos de enfermería y terapia ocupacional el desarrollo de destrezas en los cuidados y en la realización de las actividades de la vida diaria. De igual forma, es útil facilitar las licencias temporales para que el paciente pase los fines de semana en el domicilio en el último periodo de ingreso. Esos periodos facilitan la transición y pueden poner de manifiesto los problemas a resolver en la última fase del ingreso. Es importante asimismo que el equipo de fisioterapia entrene a familiares y cuidadores en cómo posicionar a los pacientes en la cama y la silla, cómo realizar los diferentes tipos de transferencias y de qué manera facilitar la marcha si ya han adquirido esa capacidad en el momento del alta. Mención aparte merecen los consejos sobre alimentación consejos sobre alimentación, especialmente para personas que presenten disfagia. Los logopedas y el personal de enfermería informarán a los familiares sobre qué tipo de alimentos son los más adecuados, qué texturas y qué volúmenes; también les enseñarán maniobras y posturas que eviten los atragantamientos y/o las broncoaspiraciones.
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Garantizar la continuidad del proceso de rehabilitación
El final del ingreso no es más que un hito en la evolución del proceso rehabilitador de un paciente con daño cerebral e implica que el paciente está preparado para poder continuar el programa de rehabilitación de forma ambulatoria y que puede ser cuidado y atendido en su domicilio.
Para garantizar una adecuada transición es preciso establecer una continuidad asistencial que facilite que el paciente pueda seguir lo antes posible con el programa de rehabilitación en las áreas terapeúticas indicadas (fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, neuropsicológía, control por parte de médicos especialistas).
Es recomendable que en el momento del alta el paciente cuente ya con un plan de trabajo programado para iniciarse en los días posteriores al alta. La realización de un informe de alta que recoja la evolución durante el ingreso en las diferentes áreas, un cuadro detallado de las secuelas y un apartado de recomendaciones sobre las áreas de tratamiento que requiere y los objetivos a tratar en cada una de ellas facilita de forma importante que el equipo de tratamiento inicie con celeridad el programa de rehabilitación y que se dé continuidad al trabajo realizado a lo largo del ingreso.
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Adaptación del domicilio y recomendación de productos de apoyo
Es habitual que cuando el paciente es dado de alta presente todavía problemas de movilidad y dependencia a la hora de realizar las actividades de la vida diaria. Es por esto que en muchas ocasiones los domicilios no reúnen las condiciones arquitectónicas óptimas para facilitar los cuidados de los pacientes en sus domicilios. Los principales problemas que habitualmente se encuentran en las casas de los pacientes son el acceso físico a la vivienda (barreras arquitectónicas de acceso) y que los baños no están preparados para facilitar el aseo a personas dependientes. Para solucionar este problema es importante recabar información de la familia sobre las características del domicilio mediante fotos, vídeos o planos. Con esta información el equipo de terapia ocupacional elaborará un informe de recomendación de adaptaciones y de productos de apoyo que entregará a la familia con la suficiente antelación al alta del paciente para poder de esta forma acometer las obras necesarias y la adquisición de productos de apoyo que van a ser necesarios para el cuidado del paciente una vez que esté en el domicilio.
El alta de una unidad de hospitalización es un momento importante en el que todos los profesionales encargados del cuidado y la rehabilitación de la persona con daño cerebral debemos implicarnos; en la mayor parte de los casos es señal de una evolución positiva a lo largo del ingreso. No hay por qué temer que la evolución se detenga por el hecho de cambiar el formato de trabajo (en régimen de ingreso o ambulatorio). De hecho, el tratamiento en formato ambulatorio permite el trabajo rehabilitador en un entorno más ecológico y normalizado, lo que sin duda ofrece nuevas posibilidades y objetivos a alcanzar.