La importancia de la higiene oral en disfagia - 5 azaroa, 2018
Autora:
Marina Pascual, logopeda, Centro de Neurorrehabilitación Aita Menni (Bilbao)
¿Qué es disfagia?
La disfagia es un trastorno de la deglución que se caracteriza por la dificultad para ingerir alimentos y líquidos de manera eficaz y segura. La disfagia puede poner en riesgo la adecuada nutrición e hidratación de la persona que la padece, así como la integridad de su capacidad respiratoria, pudiendo producir atragantamientos, neumonías por aspiración, incluso muerte. Aparece como una secuela frecuente tras una lesión neurológica, enfermedad en el tracto estomatognático, prematuridad, envejecimiento, tras el uso de radioterapia en cabeza y cuello, e intervenciones quirúrgicas de la región faringolaríngea.
El propósito de este artículo es mostrar cómo la ausencia o incorrecta higiene oral unida a la disfagia se relaciona con la neumonía por aspiración, y explicar de qué manera debe realizarse una adecuada higiene oral en personas que sufren disfagia.
Interrelación entre higiene oral y neumonía
La cavidad oral está compuesta por muchas estructuras, lengua, dientes, encías, mucosa, etc., y un componente líquido llamado saliva. En ella conviven infinidad de bacterias, algunas necesarias para mantener el buen estado de salud de la boca y el sistema estomatognático, y otras “sépticas o contaminadas” que pueden llevar a producir enfermedades comunes como la caries y enfermedades periodontales en el ser humano.
La boca está expuesta continuamente a agentes externos, como la comida, bebida, tabaco, y agentes ambientales procedentes del aire que respiramos, que pueden alterar la salud oral. Así mismo, el uso de prótesis orales, como la dentadura, aparatos ortodóncicos, falta de piezas dentales originales, presencia de caries o enfermedades de encías, exceso o defecto de salivación, cantidad de placa alojada en los dientes, etc., generan una mayor presencia de bacterias nocivas para la boca.
Uno de los riesgos más severos de la disfagia es la aspiración, esto se describe como el paso de alimentos, líquidos o saliva a la vía aérea, y por ende, a los pulmones. Este evento puede generar neumonías aspirativas que merman la capacidad ventilatoria de la persona y que requiere ingreso hospitalario para ser tratada. Si se toma en cuenta la definición de aspiración antes descrita, cualquier sustancia que se encuentre en la boca, incluida la saliva, puede ser candidata a terminar en los pulmones, si la boca no está correctamente limpia, y la saliva está infectada de bacterias nocivas para el organismo, el contenido aspirado se convierte en un gran tóxico para los pulmones, y puede llegar a generar neumonías aspirativas de una gran severidad.
Una boca sana es aquella en la que los dientes están limpios, libres de restos de alimentos, las encías tienen un color rosáceo, la lengua se encuentra hidratada, rojiza y sin restos de placa blanca. A pesar de la variabilidad del olor del aliento, este debe de ser saludable.
Cómo realizar la limpieza oral en casa
A continuación veremos que elementos se necesitan y explicar cómo realizar una adecuada higiene oral en personas con disfagia además propondremos varias alternativas para las diferentes dificultades que puedan surgir.
Artículos de higiene oral
En primer lugar, son necesarios una serie de utensilios:
– cepillo de dientes
– pasta de dientes
– colutorio/enjuague bucal
– gasas
– depresores
– limpialenguas
– hilo dental
– recipiente (en el caso de que la persona no pueda incorporarse hasta el lavabo o se encuentre encamada)
Ante la gran variedad de modelos y marcas, describimos algunas de las características útiles que nos pueden ayudar a seleccionar un buen producto adecuado a las necesidades de cada individuo:
- Elección del cepillo de dientes:
Existe una amplia gama de cepillos de dientes en el mercado, manuales, eléctricos, con cerdas de diferentes firmezas, cabezales de dimensiones distintas, etc. Conviene que sea el dentista quien se encargue de seleccionar el más adecuado para cada persona. En personas con la sensibilidad oral afectada, como podrían ser pacientes con disfagia orofaríngea, o aquellos en los que la destreza manual se ha visto mermada, la selección de cepillo puede variar dependiendo del objetivo que se quiera perseguir. Por ejemplo: una persona que tras un ictus ha perdido la habilidad para manejar un cepillo de dientes manual, sería conveniente que utilice uno eléctrico que le facilite el cepillado. Si además se ha visto reducida la sensibilidad oral (lengua, labios, mejillas, encías), el cepillo eléctrico también es una opción interesante, pues se pueden aprovechar las vibraciones que produce el aparato para estimular la boca. Por otro lado, si quien le cuida es la persona que le realiza la limpieza, puede que sea más cómodo emplear un cepillo convencional de cerdas que le permita controlar la velocidad y fuerza del cepillado.
- Elección de la pasta de dientes:
Al igual que con el cepillo, el dentista nos puede aconsejar en la selección de la pasta dentífrica. En general, un dentífrico de venta en supermercados puede ofrecer una higiene básica si no se padece ninguna enfermedad oral. Por el contrario, en el caso de tener encías sensibles, caries, piorrea, etc. es mejor acudir a una farmacia para que nos orienten sobre el dentífrico más adecuado para cada caso.
- Elección del colutorio:
Existe gran variedad de colutorios, con y sin alcohol, de sabores diferentes, antiplaca, para encías hinchadas, etc. En el caso de personas con disfagia, es preferible utilizar uno libre de alcohol o con poca concentración, y en cualquier caso, diluirlo con agua. Esto se debe a que si la persona ingiere accidentalmente el colutorio, uno libre de alcohol tendrá un efecto menos nocivo para el organismo.
- Limpia lenguas:
En ocasiones, los cepillos dentales tienen una parte rugosa en el reverso del cabezal que sirve para limpiar la lengua. Si no es el caso, existe un utensilio específico para ello, “limpia lenguas”. La única recomendación es que estos sean de una sola pieza, es decir, que no se desmonten, ya que si se desprendiera alguna pieza de manera accidental, se podría producir un atragantamiento.
- Seda dental:
En suficiente con seda dental convencional, o si resulta más cómodo el limpiador interdental.
- Otras herramientas:
Dependiendo de la gravedad de la disfagia y del estado postural y cognitivo de la persona, el cepillo de dientes, el dentífrico y el colutorio pueden NO ser una opción recomendada. En estos casos, basta con hacernos con un depresor al que enrollaremos una gasa a modo de torunda para hacer las veces de cepillo de dientes.
Procedimiento
La técnica correcta para hacer una adecuada higiene oral requiere de práctica y sobre todo rutina. Es muy importante hacer un cepillado después de cada comida. En el caso de que sea imposible, al menos hay que garantizar el cepillado nocturno, pues es entonces, cuando dormimos, que no tenemos control voluntario sobre nuestra deglución, cuando cualquier partícula de alimento que haya quedado almacenado en la boca, puede ser candidata a ser aspirada hacia el pulmón.
En primer lugar, si la persona es capaz de cepillarse de manera autónoma, dejaremos que lo haga, al inicio, bajo la supervisión de otra persona para evitar atragantamientos. Es preferible que la cabeza esté inclinada hacia abajo, mirando el lavabo para así evitar que la mezcla de pasta de dientes con la saliva pueda ser ingerida accidentalmente.
Si es capaz de controlar el líquido en la boca, y puede escupir, no hay problema alguno para utilizar un cepillo de dientes y dentífrico. Para ello, colocaremos una pequeña porción de pasta de dientes en el cepillo (aproximadamente como un garbanzo) y procederemos a cepillar los dientes.
La American Dental Association (ADA) propone lo siguiente:
1. – Colocar el cepillo de dientes formando un ángulo de 45° con las encías.
2.- Mover el cepillo adelante y atrás suavemente con movimientos cortos que cubran los dientes por completo.
3.- Cepillar los dientes por las superficies exteriores, las interiores y las de masticar.
4.- Para limpiar las superficies interiores de los dientes frontales, inclinar el cepillo en sentido vertical y realizar varios movimientos arriba y abajo.
Para enjuagar la boca, si es capaz de mantener el líquido y escupir, introducir un pequeña cantidad de agua y aclarar con normalidad pero manteniendo la cabeza inclinada hacia abajo para evitar riesgos. En el caso de que no pueda mantener el agua con seguridad en la boca, se puede hacer uso de una gasa húmeda y escurrida e ir pasándola por cada diente, lengua, paladar y mejillas hasta tener la boca limpia por completo.
Para limpiar la lengua, bastará con pasar el limpia lenguas por toda la superficie de la lengua realizando movimientos de dentro hacia afuera, arrastrando toda la suciedad al exterior.
A continuación, es recomendable utilizar la seda dental para retirar cualquier posible resto que el cepillo no haya podido eliminar. Para ello sólo hay que pasar el hilo suavemente entre cada diente llegando hasta la encía.
Para terminar, si hay tolerancia para mantener un líquido en la boca, podremos una medida de colutorio por una medida de agua, lo mezclamos y procedemos a enjuagar la boca realizando movimientos enérgicos de las mejillas. Es importante mantener la cabeza inclinada siempre. Escupir y habremos terminado.
¿Y si no hay posibilidad de emplear cepillo de dientes?
En estos casos, haremos uso del depresor y gasas para crear una torunda. En un vaso, hacemos una mezcla a partes iguales de agua y colutorio. Humedecemos la torunda en el líquido y lo escurrimos para evitar que desprenda líquido. A continuación, con la cabeza inclinada hacia abajo, pasamos la torunda por toda la superficie de los dientes, mejillas, lengua, paladar y labios. Después continuar con el hilo dental y el limpia lenguas si lo tolera.
¿Dificultad para llegar al lavabo?
Si la persona no es capaz de inclinarse hasta el lavabo para escupir, el baño no está adaptado para el uso de silla de ruedas y es imposible alcanzar el lavabo, o la persona está encamada, se puede utilizar un recipiente a modo de escupidera.
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Al principio puede parecer muy complicado, la persona encargada de los cuidados puede sentirse desbordada. Por este motivo, el logopeda puede enseñar y dar pautas específicas para facilitar el cepillado en casa en personas con disfagia.
Mantener una buena higiene oral, no sólo repercute en la salud, sino también en la autoestima de las personas. Sentirnos limpios nos reconforta y genera una agradable sensación de bienestar general.
BIBLIOGRAFÍA
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- Omar Ortega, Carlos Parra, Silvia Zarcero, Jose Nart, Olga Sakwinska, Pere Clavé; Oral health in older patients with oropharyngeal dysphagia, Age and Ageing, Volume 43, Issue 1, 1 January 2014 (pg.132–137)
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- Cepillarse los dientes. American Dental Association: Mouth Healthy (s.f.) Recuperado de https://www.mouthhealthy.org.