Frenillo sublingual corto, consecuencias y tratamiento - 19 abendua, 2023
Escrito por:
Olivia Prades Claessens, logopeda pediátrica de la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Valencia
Quizá porque se le ha devuelto el valor a la lactancia materna, últimamente parece que el frenillo sublingual “está de moda”; ha aumentado el número de consultas en nuestra Unidad de Rehabilitación Infantil de Valencia respecto a las dificultades de succión en bebés lactantes. Y la pregunta asociada más frecuente es: ¿No será que tiene frenillo?
Pero… ¿qué es el frenillo sublingual?
El frenillo sublingual es una pequeña malformación congénita llamada anquiloglosia, que significa “lengua atada, anclada”. La lengua se encuentra sujeta al suelo de la boca y los movimientos necesarios para la lactancia (protrusión, elevación, peristaltismo, acanalamiento y lateralización) se ven dificultados o limitados, lo cual compromete el bienestar de la mamá y que el bebé pueda mamar de manera eficaz y segura en los primeros meses de vida, y podrá presentar otras alteraciones pasada la lactancia.
La cavidad oral se desarrolla en las primeras semanas de gestación. El crecimiento y desarrollo de los arcos braquiales es fundamental, entre otros para una correcta separación de los músculos hiogloso y geniogloso. Cuando no se produce adecuadamente, puede suceder que el frenillo no se inserte en la lengua, generando un pliegue en la línea media, en la superficie ventral de la lengua, quedando pegada al suelo de la boca. La anquiloglosia tiene una incidencia similar en niños y niñas.
Esta situación hace que la lengua se mantenga sujeta al suelo de la boca, impidiendo en diferente medida los movimientos que permiten al bebé realizar la succión de la leche.
El frenillo no tiene ninguna función específica cuando está situado fuera de la lengua por lo que seccionarlo, si es necesario, no perjudica en nada al bebé.
¿Qué implica que mi bebé tenga el frenillo corto?
La anquiloglosia puede perjudicar tanto a la madre como al propio bebé. La frustración y tristeza que produce en la madre no poder dar de mamar, u observar con el biberón el esfuerzo que hace el niño, y sin embargo no se produce la ganancia de peso, genera emociones que no mejorar ni con la presión del control de peso, ni con “ya aprenderá” de profesionales y familiares.
En cuanto a la alimentación, en ocasiones la mamá sufrirá dolor en el proceso suctorio, ya que se genera un exceso de presión intraoral negativa, y por la fuerza con la que se comprime el pezón contra el paladar, pudiendo causar grietas, heridas, infecciones, mastitis, etc.
En otras ocasiones, la succión no es dolorosa, pero si poco efectiva. A pesar de que parece que el bebé mama bien, se muestra muy demandante y no gana suficiente peso al ritmo que debería. Estas madres pueden llegar a pensar que su leche no es buena o que no son capaces de producir suficiente cantidad, cuando en realidad el problema es el frenillo sublingual.
El tiempo dedicado a cada toma se hace interminable, llegando incluso a encadenar una toma con la siguiente, el bebé no coge peso como debiera ya que es no tiene una succión nutritiva eficaz, se muestra irritable y agotado llegando incluso a rechazar la alimentación.
Las consecuencias de un frenillo corto pueden variar mucho, y aunque a corto plazo pueden afectar negativamente a la lactancia, a medio y largo plazo causan también otros trastornos. Por ejemplo, suelen presentar más regurgitaciones, además de dificultades deglutorias de eficacia, como la introducción de la alimentación complementaria (cuchara), y posteriormente con los sólidos, por no poder cohesionar correctamente el bolo alimenticio. Tendrá a su vez repercusiones en sencillos actos como tomar un helado.
Respiración
Al quedar la lengua baja o apoyada en el suelo de la boca en reposo se altera la postura orofacial, el paladar pierde su base de sustentación elevándose (paladar ojival) las coanas ven reducido su tamaño, lo que fomenta la respiración oral: duermen con la boca abierta, roncan, tienen ojeras, sequedad oral…, lo que les predispone a sufrir bronquitis y neumonías, bajada del tono muscular, alteración de la propiocepción intraoral, etc. También serán niños y niñas propensos a sufrir otitis seromucosa, debido a un mal drenaje de la trompa de Eustaquio. Asimismo, hay estudios que relacionan la anquiloglosia con una mayor incidencia de las apneas del sueño (SAOS).
Odontológicas
La maloclusión dental es otro problema derivado de la anquiloglosia y se manifiesta cuando empiezan a salir los dientes (retrognatia, maloclusión e incorrecta implantación dental). La constante posición lingual en apoyo interdental, y una respiración oral, condicionaran el crecimiento vertical y horizontal de nuestro sistema estomatognático, de nuestra cara, y podrá además tener repercusión en las funciones orofaciales.
Alteraciones del habla
La adquisición de las habilidades articulatorias supone un proceso madurativo, que se inicia con emisiones sonoras vocálicas, y a continuación se adquieren fonemas consonánticos, con una graduación de dificultad dependiendo de la dificultad motora de cada sonido. Siendo los sonidos bilabiales (/p/,/m/,/b/) los de primera adquisición y posteriormente los vibrantes como la /r/, que es el fonema de mayor complejidad.
El frenillo lingual corto puede dificultar la elevación normal del ápice de la lengua para la pronunciación de los sonidos /t/, /d/, /n/, /l/. No obstante, los niños se adaptan con facilidad a este problema y su pronunciación llega a ser aceptable. También se va a producir un rotacismo en la /rr/.
Estas dificultades articulatorias, si se asocian a otitis y de discriminación auditiva, pueden implicar dificultades de conversión del fonema oral al grafema escrito.
¿Cómo sabemos si el problema es el frenillo?
La valoración se realiza de manera visual o digital y la realizan especialistas en otorrinolaringología (ORL), odontopediatras, pediatras o en cirugía maxilofacial, así como logopedas en conjunto con estos últimos. Hay que evaluar el grado de movilidad de la lengua (protusión, elevación, y movilidad transversal o contralateral).
Indicadores para sospechar de un posible frenillo sublingual corto:
- Retrognatia. Habrá que diferenciar entre la pseudoretrognatia natural en el bebé de un crecimiento insuficiente del maxilar inferior.
- Movimientos irregulares de la lengua. Cuando el bebé llora podemos observar que la lengua no se mueve de manera simétrica.
- Chasquidos. Los bebés con anquiloglosia pueden succionar haciendo ruidos con la lengua, chasquidos muy característicos que indican que de vez en cuando la lengua no puede mantener el agarre. No debe escucharse ningún chasquido durante la lactancia.
- Paladar ojival. La lengua en reposo se interpone entre los labios, o queda en una posición muy baja, eliminándose la base de sustentación del paladar que, en lugar de ensancharse, se eleva formando lo que conocemos por paladar ojival. El maxilar superior se estrecha formando una V invertida, reduciéndose más el espacio intraoral, que a su vez altera el patrón respiratorio, la oclusión dental y la mordida.
La valoración del tipo de frenillo se realiza de manera visual, con o sin apoyo de un elevalenguas. A continuación exponemos la clasificación de los frenillos según las doctoras Elizabeth Coryllos y Catherine Watson Genna.
Frenillo tipo 1: La inserción del frenillo se produce en el ápice o punta de la lengua. En llanto o extrusión de lengua, esta tiene forma de corazón o bífida, ya que el frenillo tira de la punta de la lengua hacia la base de la lengua. Favorece un patrón anterior de lengua.
Frenillo tipo 2: La inserción del frenillo se produce unos milímetros más atrás que el tipo 1. La lengua no se suele ver “partida”, pero cuando el bebé llora, se puede observar que la punta de la lengua desciende hacia abajo en forma de corazón y tiene limitada la vibración.
Frenillo tipo 3: Existe una membrana visible en la cara posterior de la lengua, pero queda un anclaje submucoso no visible. Este frenillo no es fácil de apreciar a simple vista pero se percibe pasando un dedo de lado a lado bajo la lengua en reposo. Se hunde en la zona central, dificultando los movimientos de elevación.
Frenillo 4: No se percibe visualmente, ya que se inserta en una capa de tejido mucoso, restringiendo casi totalmente la movilidad de la lengua, por lo que ésta se halla muy anclada al suelo de la boca y puede presentar un aspecto compacto. El movimiento de la lengua suele ser asimétrico. A menudo, se aprecia un paladar ojival o estrecho, consecuencia directa de la escasa movilidad de la lengua. Implica dificultades de movilidad posterior a anterior, y disparo del bolo alimenticio.
Tratamiento
Quirúrgico. El tratamiento de elección del frenillo lingual corto es la frenectomía, consistente en la liberación de la banda de tejido fibroso que retrae y limita el movimiento de la lengua, que se prescribe según las necesidades de cada usuario y el tipo de frenillo.
Especialistas en ORL, odontólogía y cirugía maxilofacial son quienes van a prescribir la cirugía según el tipo de frenillo. El bebé, si no tiene complicaciones añadidas, podrá volver a casa en el mismo día.
Por su parte, el o la logopeda podrá dar ayudas a la familia hasta la espera de la cirugía (en los casos pertinentes), valorará el agarre mamario, la capacidad para hacer la presión negativa, la buena colocación de los labios, fomentará desde el inicio un patrón postural, tanto para la madre como para el bebé, y entrenará la adquisición de un patrón respiratorio adecuado.