Una de cada dos personas presenta déficit cognitivo, trastorno afectivo o cambio de conducta tras un ictus
Los trastornos psiquiátricos que suceden a un daño cerebral adquirido condicionan la integración social de las persona afectadas. En los pacientes con traumatismo craneal grave destacan como secuelas psíquicas las alteraciones de conducta. La psicofarmacología es una herramienta más en su tratamiento.