Terapia asistida con animales en la rehabilitación de personas con daño cerebral adquirido - 4 iraila, 2024
La terapia asistida con animales (TAA) es una intervención no farmacológica dirigida por profesionales en la que el animal actúa como protagonista principal del tratamiento. Diversos estudios han demostrado que la TAA es beneficiosa en la rehabilitación de diversas patologías, incluido el daño derebral adquirido (DCA), ofreciendo efectos positivos a nivel físico, cognitivo, psicológico y social, entre ellos, la mejora del estado de ánimo, de la función motora, la comunicación, y de la calidad de vida en general, tanto de la persona con DCA como de su entorno.
Escrito por:
. Alicia Saiz Vélez, psicóloga general sanitaria de la Unidad de Daño cerebral del Centro Hospitalario Padre Menni de Santander
La terapia asistida con animales es una intervención dirigida por un profesional, en la que el animal es la herramienta fundamental del proceso del tratamiento, y cuyo objetivo es promover una mejoría a nivel físico, psicosocial, cognitivo y/o emocional de la persona que recibe el tratamiento.
Es importante destacar, antes de profundizar, que la TAA difiere de la actividad asistida con animales (AAA), en que, en esta última, prevalece el acompañamiento y el contacto con el animal, pero sin un fin rehabilitador y no necesita de un profesional acreditado que lo dirija.
Muchos estudios han demostrado los efectos positivos de la interacción con animales, que ya desde la antigüedad conviven con nosotros, en el estado de salud de los humanos, incluso en su recuperación en contextos hospitalarios. Se ha demostrado que la interacción con un animal mejora la calidad de vida de las personas y su equilibrio psicológico, físico y social.
La terapia asistida con animales ha tenido un gran auge en los últimos años, de hecho, se puede encontrar una gran variedad de artículos científicos que avalan su éxito terapéutico en diversos perfiles: desde personas con trastornos neurodegenerativos, como el alzhéimer, a personas con trastorno mental grave, trastornos del neurodesarrollo, como el autismo, o en la mejora de aspectos psicológicos en pacientes con trauma, como víctimas de violencia o abuso sexual. Además de en el aspecto más psíquico del ser humano, la TAA también se ha utilizado con personas con discapacidad motora, enfermedades cardiovasculares o, en el que nos ocupa, en personas con daño cerebral adquirido (DCA).
El DCA es, en la actualidad, uno de los mayores problemas de salud. Las personas que sufren un DCA requieren, además del tratamiento médico y/o farmacológico, de técnicas no farmacológicas que promuevan la rehabilitación de aquellas capacidades que estén afectadas.
Una gran parte de las personas que tienen un DCA presentan problemas físicos, cognitivos, de comunicación, emocionales y/o conductuales. En este sentido, la TAA ha demostrado beneficios en el estado de ánimo, disminuyendo niveles de ansiedad y depresión, estimulando áreas cognitivas (mejorando la atención, la concentración, la comunicación y/o la memoria), además de disminuir los trastornos de conducta y mejorar la calidad de vida. También ha demostrado su validez en rehabilitación física: función motora gruesa, postura, equilibrio…etc.
Por supuesto, la TAA se engloba dentro de las terapias no farmacológicas, que si es necesario (y así es en la mayoría de los casos) se complementan con un tratamiento médico y/o farmacológico.
Además del impacto físico, psicológico y emocional, la TAA presenta beneficios socio-recreativos, favoreciendo el nivel físico y la tolerancia al ejercicio, así como ha demostrado mejorar la autoestima, aumentar la autonomía y la expresión emocional. Por otro lado, es una actividad gratificante para quienes la experimentan, mejorando su calidad de vida y, en consecuencia, la de su entorno. Así mismo se observan beneficios en el ámbito social, mejoras en el contacto físico, en la comunicación verbal y no verbal, y en el contacto y vínculo.
Podemos concluir que la terapia asistida con animales es una terapia no farmacológica en la que el animal es la principal herramienta de intervención. Esta terapia ha demostrado su éxito en diferentes patologías, entre otras en la rehabilitación de personas con DCA, demostrando beneficios a nivel físico, cognitivo, psicológico, socioemocional y conductual. Lo cual se traduce como una mejora integral y de la calidad de vida de la persona usuaria y de su entorno.