Arantza Uranga, odontóloga de profesión, sufrió un accidente de tráfico hace 13 años. Se especializó en endodoncia en Montpellier y su hobby era cantar en la coral de Bilbao, agrupación a la que pertenecía desde niña. Nunca “le había dado” por el deporte.
Entre las secuelas que le han quedado a nivel motor, de ese TCE grave, se encuentran las mioclonías (contracciones musculares breves, a modo de sacudidas, al realizar movimientos voluntarios). Dependiendo de cómo se encuentre (estado de ánimo, preocupaciones o algún dolor) tiene más o menos episodios de mioclonías que van a afectar sobre todo a su equilibrio. En consecuencia, podremos verla caminando de manera autónoma o todo lo contrario, en silla de ruedas.
Diversión y emociones
“Era un desastre hasta jugando a palas en la playa. Siemprese me caía la pelota a mí”, recuerda riendo. Pero hoy esta expaciente de Aita Menni no puede vivir sin las emociones y la adrenalina que le proporciona practicar todo tipo de deporte, desde parapente a piragüismo pasando por el rafting entre otros muchos.
Comenzó jugando a la boccia con sus compañeros en el centro de día Bekoetxe, del IFAS. Se divertía muchísimo, lo mismo que practicando tenis de mesa con Jorge Olmo, fisioterapeuta de Aita Menni que trabaja en este centro (para ella era una forma de seguir trabajando el equilibrio mucho más divertida y motivante). Por supuesto, también se apunta a hacer senderismo o a montarse en una handbike para tomar parte en una salida de ciclismo.
Ahora va a nadar al Polideportivo San Inazio. Croll, braza y espalda, sólo el estilo mariposa se le resiste. También realiza ejercicios para mejorar el equilibrio con ayuda de un asistente en el agua. Suele ser su madre quien la acompaña. Una de las actividades que más ha disfrutado, según cuenta, es el rafting en el río Ebro, cerca de Reinosa. “Es una maravilla; los monitores te explican todo lo que ves, el paisaje, el monte. Te mojas los pies, ves los peces en el río…”. La cara de Arantza se ilumina al recordarlo.
“Tampoco esta mal el piragüismo en Urdaibai. Lo llevan profesionales muy competentes, aunque me tuerzo un poco debido a mis problemas de equilibrio. En cualquier caso prefiero las traineras. Ahí me coloco a un lado y puedo remar bien”, explica.
Y es que Arantza es muy atrevida, reconoce. Sólo hay que verla deslizándose por las pistas de Sierra Nevada en kart. No dudó en subir al parapente para sobrevolar la playa de Larrabasterra ni para montar en globo con sus compañeros de promoción sobre los viñedos de La Rioja. Tampoco se lo ha pensado dos veces para hacer la bajada del Sella, de hecho ha repetido, ni para iniciarse en la vela ligera.
El deporte adaptado es un potente aliado terapéutico para las personas con daño cerebral
Muy beneficioso
Lástima que la crisis se nota en todo este tipo de actividades que Arantza ha podido realizar a un precio muy asequible gracias a la financiación dela Federación Bizkaina de Deporte Adaptado, Fekoor o la Fundación También. Ahoraya no hay tantas salidas, lamenta. En cualquier caso, Arantza anima a las personas con discapacidad a perder el miedo.
Siempre hay algún deporte que se puede practicar y es un placer; se conoce gente, enriquece. El deporte adaptado se adapta a las características de cada persona, insiste. Los terapeutas saben que son muchos los beneficios a nivel motor, psicológico y social. Y, desde luego, para ella no hay nada comparable.
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