La elección de la cuchara cuando hay problemas relacionados con la alimentación - 19 December, 2023
Por Estefanía Rodríguez Sanz
Logopeda de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana
Cuando empezamos la rehabilitación de los problemas relacionados con la alimentación nos fijamos en un gran número de aspectos: la postura del niño, de la persona que le da de comer, el tipo de alimento, la consistencia, la cantidad… Pero hay un aspecto en el que reparamos poco: en la elección de la cuchara.
En el momento que llega una nueva familia a la Unidad de Rehabilitación Infantil y empezamos a trabajar con ellos siempre les pedimos que traigan aquellos utensilios que usan con su hijo o hija a la hora de comer, para intentar recrear con la mayor exactitud su entorno normal. Pero si les pregunto a los padres qué cuchara usan casi siempre me dicen lo mismo: una ‘normal’. ¿Pero qué es ‘normal’? ¿Todos los niños deben usar la misma cuchara?
Cuando son bebés usamos diferentes tipos de tetinas según la edad y el tamaño de la boca del niño, y nadie se plantea usar una tetina que no se adapte a las necesidades del niño. Sin embargo, cuando el pequeño pasa a la cuchara no nos preocupamos de la misma forma a la hora de elegir la adecuada.
Al tratar este tema, las familias se sorprenden al observar que usan una cuchara que no se adapta a las necesidades de su hijo. Por ello hoy vamos a dedicar unos renglones a reflexionar sobre la elección de la cuchara. Veamos en qué aspectos debemos fijarnos:
– La cuchara debe caber dentro de la boca del niño: éste es uno de los aspectos más importantes a la hora de elegir una cuchara. Hay que prestar atención al tamaño de la boca del niño y más concretamente de la arcada dentaria, ya que una vez que la cuchara esté dentro de la boca ésta no debe chocar contra los dientes, algo que es muy desagradable y que va a dificultar el cierre de la boca para poder coger el alimento.
– Debe ser poco profunda: el objetivo es que el niño pueda recoger el alimento de la cuchara haciendo un buen barrido. Es una de las quejas más comunes de los padres, que el niño se deja la mitad de la comida en la cuchara. Pero claro, si ésta es muy profunda el niño no llega a recogerla con sus pequeños labios. Además esto hace que muchas veces sean los padres los que acaben “vertiendo” el alimento en la boca, sin pedir una colaboración al niño y llevando a posturas incorrectas como son la extensión de cabeza.
– Un mango no muy largo y redondo: un mango corto y redondeado que nos permita hacer los movimientos con precisión.
– ¿De qué material? En este aspecto existe una gran controversia, que si silicona, que si plástico, que si la de metal de toda la vida… En nuestra opinión y experiencia el mejor material es el metal. La silicona es muy flexible y hace que los niños no tengan que adaptarse a la cuchara para nada, sino que es la cuchara la que se adapta a ellos. El plástico suele ser más grueso y la textura a veces no es muy aceptada por los niños. El metal es fino y facilita el posterior trabajo y guía o ayuda que haremos con los niños.
– Con bordes suaves y redondeados para que no sea incómodo para el niño.
Y muchos diréis que la mayoría de las cucharas creadas específicamente para niños no cumplen estos requisitos, y así es y de ahí la complicación de encontrar la cuchara ‘ideal’. En muchas ocasiones las encontramos en los sitios más insospechados y es necesaria alguna adaptación que nos ayude en esta difícil tarea ya que es casi imposible encontrar una cuchara que tenga todos los requisitos expuestos. Por ejemplo nosotras adaptamos el mango para que éste sea redondo y así poder usar cualquier cuchara que podamos encontrar en el mercado.