
Altas capacidades y comorbilidad con trastornos del neurodesarrollo - 11 agosto, 2025
En nuestras Unidades de Rehabilitación Infantil contamos con equipos profesionales altamente cualificados para atender de forma integral las necesidades de niños y niñas con altas capacidades cuando muestran “doble excepcionalidad”, es decir, cuando en algunas áreas presentan déficits que puedan impedir su adecuado neurodesarrollo.
Escrito por:
. Zaida Moreno, psicóloga general sanitaria y especialista en Neuropsicología clínica, coordinadora de la Unidad de Neurorrehabilitación de Daño Cerebral Infantil de Fundación Hospitalarias Madrid, docente del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP).
¿A qué llamamos altas capacidades (AACC)?
Definir las altas capacidades es un reto, ya que no existe un acuerdo unánime sobre qué criterios deben cumplirse. Tradicionalmente, se entendían desde una visión dicotómica basada casi exclusivamente en el factor g de Spearman (capacidad intelectual general), considerándolo un rasgo estable y de origen fundamentalmente genético. Sin embargo, esta concepción ha evolucionado hacia un modelo multifactorial, en el que se reconoce que, además del rendimiento cognitivo elevado, influyen aspectos como la creatividad, la motivación, el estilo de aprendizaje y las oportunidades de desarrollo. Estos componentes no son estáticos, sino que pueden modificarse con la experiencia, la estimulación y el entorno educativo.
A pesar de esta visión más amplia, organismos como la OMS mantienen un criterio cuantitativo, situando el punto de corte en una puntuación total (PT) igual o superior a 130 en pruebas estandarizadas de capacidad intelectual general.
Además, la manera de denominar a las personas con alto potencial varía según el contexto cultural o el país: “talentoso/a”, “brillante”, “sobresaliente”, “creativo/a”, “con alto rendimiento académico”, “genio”, “excepcional”, entre otros.
La Dra. Sylvia Sastre-Riba (2016), catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación, propone una definición integradora: “La alta capacidad intelectual se manifiesta en perfiles intelectuales multidimensionales, configurados por distintos componentes, con un funcionamiento diferencial en la resolución de tareas, en las funciones ejecutivas y en los procesos de aprendizaje. Esto significa que estas personas piensan, comprenden y aprenden de forma no solo cuantitativamente superior, sino también cualitativamente distinta respecto al patrón típico de desarrollo”.
Características clínicas
Según Onandia y Del Olmo, 2023, en su revisión neuropsicológica sobre las altas capacidades, se identifican los siguientes rasgos frecuentes::
- Percepción sensorial: sensibilidad elevada en uno o varios canales sensoriales, que puede traducirse tanto en una apreciación más rica de detalles (colores, sonidos, texturas) como en una mayor susceptibilidad a la sobreestimulación.
- Habilidades psicomotoras: desarrollo temprano de hitos como sentarse sin apoyo, gatear o caminar, acompañado de buena coordinación ojo-mano.
- Lenguaje: según Peyre et al. (2016), la adquisición precoz del lenguaje es un fuerte predictor de altas capacidades, al igual que un inicio temprano y fluido en la lectoescritura.
- Atención: mayor capacidad para discriminar estímulos relevantes y para mantener la concentración prolongada, especialmente cuando la tarea despierta interés.
- Memoria: gran facilidad para recordar información visual y auditiva tanto a corto como a largo plazo, y habilidad para integrar lo nuevo con lo aprendido previamente.
- Funciones ejecutivas: aunque la flexibilidad cognitiva y la planificación muestran resultados variables, existe una tendencia a un rendimiento superior en memoria de trabajo (tanto verbal como visoespacial), muy ligada a la riqueza léxica.
- Metacognición: desde muy temprana edad (alrededor de los 3 años) se observa una activación precoz de la corteza cingulada anterior, área relacionada con la capacidad de autorregularse y tomar decisiones basadas en experiencias previas.
- Cognición social: desarrollo temprano de la teoría de la mente, con alta empatía y sentido crítico-moral frente a situaciones sociales..
Modelos de altas capacidades
– Renzulli, 1970: “Modelo de los Tres anillos”. Propone que las altas capacidades se definen por la interacción de tres elementos que deben darse de forma conjunta:
- Capacidad por encima de la media respecto a su grupo de referencia.
- Compromiso y perseverancia en las tareas, mostrando constancia y motivación.
- Creatividad, entendida como originalidad y capacidad de generar soluciones novedosas.
– Catelló y Battle, 1998: clasificación de sobredotación y talento. Amplían la identificación más allá del cociente intelectual (CI) incluyen a personas:
- Sobredotadas: con un nivel intelectual superior en todas las áreas de la inteligencia.
- Talentosas: con un rendimiento sobresaliente en un área o en varias combinadas (por ejemplo, memoria de trabajo, velocidad de procesamiento), alcanzando un percentil ≥ 95 en una prueba o combinaciones superiores al 80, lo que se denomina talento complejo.
La prevalencia de las altas capacidades varía según el modelo empleado. En España, por ejemplo, la Comunidad de Madrid utiliza el modelo de Renzulli, mientras que Andalucía y País Vasco emplean el de Castelló y Batlle.
Comorbilidad y doble excepcionalidad
Aunque solemos asociar las altas capacidades a un alto rendimiento académico, no siempre ocurre así. En algunos casos, coexisten con trastornos del neurodesarrollo o dificultades específicas, lo que se conoce como “doble excepcionalidad”. Esto hace imprescindible una evaluación integral, realizada por un equipo multidisciplinar, que explore todas las funciones cognitivas, emocionales y adaptativas.
Las combinaciones más frecuentes son:
- Altas capacidades y trastorno de de déficit de atención e hiperactividad (TDAH): según Pfeiffer (2015), presentan altos niveles de creatividad y motivación académica, pero también perfeccionismo, baja tolerancia a la frustración, problemas de regulación emocional, tendencia a abandonar tareas complejas y baja autoestima.
- Altas capacidades y trastorno del espectro autista (TEA): destacan por una capacidad cognitiva muy alta en áreas como comprensión verbal y percepción, pero con velocidad de procesamiento baja y dificultades en habilidades sociales y emocionales.
- Altas capacidades y dificultades de aprendizaje: a pesar de tener un potencial cognitivo elevado, pueden mostrar bajo rendimiento escolar debido a factores emocionales, motivacionales o contextuales, como frustración escolar, falta de comprensión docente o escaso apoyo familiar.
¿Ventaja o desafío?
La precocidad en razonamiento abstracto, lógico, creatividad, lenguaje y competencias emocionales puede ser un gran potencial si se acompaña de una atención adecuada desde edades tempranas. Sin embargo, es habitual que aparezca una disincronía (Terrassier, 2015): un desfase entre el desarrollo cognitivo y el emocional, social o motor.
Este desequilibrio puede originar:
- Perfeccionismo extremo, con baja tolerancia a la frustración.
- Dificultades sociales y riesgo de aislamiento.
- Problemas emocionales derivados de expectativas externas o internas excesivas.
Para docentes, familias y profesionales de la neuropsicología, el reto es dar respuesta a estas diferencias y lograr un equilibrio entre lo cognitivo y lo afectivo, favoreciendo un desarrollo integral.
Estrategias de intervención y apoyo
La intervención debe adaptarse a las características y necesidades individuales de cada niño o niña con altas capacidades. Entre las medidas más efectivas:
- Flexibilización curricular y programas de enriquecimiento que supongan un reto intelectual y motivacional.
- Acompañamiento emocional para favorecer la autoestima y la regulación de la frustración.
- Intervención coordinada entre escuela, familia y profesionales de la salud para garantizar coherencia y continuidad.
No tener en cuenta la heterogeneidad del colectivo y no individualizar la intervención puede limitar su desarrollo y bienestar.
Atención Integral desde la Unidad de Rehabilitación Infantil
En nuestra Unidad de Rehabilitación Infantil contamos con un equipo multidisciplinar especializado en la atención a niños y niñas con altas capacidades. Nuestro objetivo es doble:
- Favorecer el desarrollo de todo su potencial intelectual y creativo.
- Abordar los aspectos emocionales, sociales y de autoestima que puedan verse afectados por su excepcionalidad.
Trabajamos desde un enfoque coordinado, respetuoso y adaptado, para promover su bienestar y crecimiento global.
Bibliografía
- Peyre, H., Ramus, F., Melchior, M., Forhan, A., Heude, B., y Gauvrit, N. (2016). Early language skills as a strong predictor of high cognitive abilities. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 57(10), 1157-1165. https://doi.org/10.1111/jcpp.12561
- Tourón, J., y Pfeiffer, S. (2015). Alta capacidad y desarrollo del talento: aspectos críticos. Número monográfico. Revista de Educación, 368, 11-27.
- García, C. (2015). Las disincronías de Terrassier. AC Psicología. Recuperado de https://acpsicologia.com/2015/09/21/las-disincronias-de-terrassier/