Dificultades en el desarrollo del lenguaje. Valoración motora, cognitiva y social para determinar si es necesaria la intervención - 19 December, 2023
“¿Le entenderán cuando hable?” Estefanía Rodríguez responde en estas líneas a esta pregunta que se hacen muchas familias a principio de curso al llevar a los niños de tres años al cole. A esta edad, en la que maduran tan rápido, se hacen evidentes las diferencias en cuanto al lenguaje entre unos y otros niños. Normalmente desarrollan primero su lenguaje comprensivo pero luego han de desarrollar el lenguaje expresivo. Si se detectan dificultades en el lenguaje que impiden que el niño pueda disfrutar de aprendizajes y actividades es importante realizar una valoración completa de las áreas motora, cognitiva y social para identificar en qué etapa del desarrollo se encuentra el niño y si es necesaria una intervención profesional.
Por: Estefanía Rodríguez
Logopeda de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana
Después del verano llega el momento de volver a la rutina y con ella el inicio del colegio. Muchas familias se enfrentar por primera vez a este nuevo reto, aquellas que tienen hijos de tres años, y hay una pregunta que se repite una y otra vez: “¿le entenderán cuando hable?”
El lenguaje es un aspecto muy importante a esta edad, ya que es necesario para poder establecer relaciones con los iguales, transmitir necesidades, ideas, y poder seguir correctamente las instrucciones dadas en la clase.
Es normal que los niños desarrollen primero y más eficazmente su lenguaje comprensivo, pero cuando empiezan a tener contacto con otros niños y el entorno es más exigente se hace necesario un correcto desarrollo del lenguaje expresivo. Hasta ese momento, en ocasiones, el entorno familiar tiende a sobreentender lo que el pequeño dice, es decir, con un mínimo esfuerzo el niño se hacía entender entre sus padres, abuelos, tíos… pero al llegar al colegio estas estrategias no son suficientes ni funcionales.
Debemos tener en cuenta que el desarrollo y maduración a estas edades es muy rápido y los niños adquieren nuevos aprendizajes de mes en mes. Así, nos vamos a encontrar en la misma clase con niños que pueden llegar a tener casi un año de diferencia, lo que hace que sus experiencias y conocimientos difieran considerablemente.
Entonces, ¿en qué debemos fijarnos?
Vamos a empezar por diferenciar tres aspectos importantes y que en ocasiones se confunden.
El lenguaje se puede dividir en tres vertientes distintas: social, motora y cognitiva. La vertiente social es la que se relaciona con el uso del lenguaje, sobre la necesidad de comunicarnos con los demás y la forma en la que lo hacemos. La cognitiva es cómo se desarrolla el lenguaje, se aprende el vocabulario, se organiza la estructura de las frases, del discurso, etc. Es lo que se conoce como lenguaje en sí. Y por último la motora, es cómo se articulan correctamente los sonidos del habla y cómo se encadenan para poder formar palabras y frases, y es lo que se conoce como el habla.
Así, podemos encontrarnos niños que aún teniendo un buen nivel de vocabulario, estructuración y uso de su lenguaje, no entendemos lo que dicen porque su articulación no es correcta (por ejemplo “la caza ez azu” cuando quieren decir “la casa es azul”). Podemos tener niños con una correcta articulación pero que vayan un poquito más retrasados en la adquisición del vocabulario o en la estructuración de la frase (por ejemplo, que usen una palabra como frase “agua” para decir “quiero agua” o “coche” para decir “mira qué coche hay ahí”,…). O por el contrario, niños que pueden articular perfectamente los diferentes fonemas, tener un lenguaje adecuado para su edad, pero presentar dificultades en su uso, en cómo dirigirse a otros niños o a los adultos.
En algunas ocasiones las nuevas exigencias del entorno con las que se encuentra el niño y los nuevos aprendizajes del colegio hacen que estas pequeñas dificultades se vayan solventando ellas solas a lo largo del primer trimestre de colegio. Pero hay veces que las dificultades en el lenguaje entorpecen que el niño pueda aprovechar y disfrutar de estas nuevas experiencias, aprendizajes y actividades.
¿Y qué pasa cuando el lenguaje no se desarrolla como esperamos?
Es importante realizar una valoración completa de todas las áreas del lenguaje (motora, cognitiva y social) para identificar perfectamente en qué etapa del desarrollo se encuentra el niño y si es necesaria una intervención directa. En algunas ocasiones, según los resultados obtenidos en esta valoración, podemos encontrarnos situaciones en las que el niño necesite tratamiento o, por el contrario, con pautas y un seguimiento por parte del profesional sea suficiente. Y ante todo siempre es necesario e indispensable orientar tanto a la familia como al entorno educativo para que el niño pueda aprovechar de forma más positiva todo lo que su entorno le puede ofrecer.
Debemos evitar frases tan típicas y que no ayudan ni al pequeño ni a la familia como: “no pasa nada, ya hablará, cada niño lleva su ritmo, es muy vago, no habla porque no quiere”, ya que esta actitud puede acarrear consecuencias negativas para el niño que podrían haberse solucionado si la intervención se hace de forma precoz y preventiva.
Hemos de tener en cuenta que el lenguaje es necesario para que los niños puedan comunicar sus necesidades, relacionarse con los iguales, adquirir nuevos aprendizajes, tener acceso a nuevas experiencias, etc. y que las dificultades en esta área pueden afectar al correcto desarrollo de otros aspectos dando lugar, por ejemplo, a problemas de conducta, de aprendizaje en el colegio, de relación social… Por todo ello, es importante prestar atención al desarrollo y evolución del lenguaje del niño, y ante la sospecha de alguna dificultad, derivar a un profesional que valore la necesidad de una intervención directa con el objetivo de minimizar el posible impacto en la vida del niño y de su familia.